jueves, 29 de mayo de 2014

La Campiña cerealista de la comunidad de Madrid

Para entender las características geológicas, geomorfológicas e incluso faunísticas y florísticas de la comunidad de Madrid, y en concreto de la campiña, debemos remontarnos millones de años atrás.
Hace aproximadamente 300 millones de años, la península ibérica se vio sometida a lo que se denomina la orogenia varisca o hercínica; los continentes de Laurisia y Gondwana colisionaron formando una  gran cordillera que afectó también a la península ibérica. Esta cordillera fue erosionada hace unos 240 M.a, convirtiendo a la península en una gran llanura que fue posteriormente plegada hace 60 millones de años a causa de la colisión de las placas Africana y Euroasiática.
Como consecuencia de este último proceso, el terreno se fracturó y originó fallas que elevaron algunas zonas, y dieron lugar al Sistema Central, y hundieron otras dando a lugar a la Meseta Sur en la cual se encuentra nuestra protagonista: la campiña madrileña.



Dentro de la comunidad de Madrid podemos diferenciar varias zonas en función de la altitud y las características geológicas , y la campiña es una de ellas.
Cuando hablamos de campiña hacemos referencia al terreno llano que comprende 8000 kilómetros cuadrados de la comunidad de Madrid situado entre la rampa y las vegas, a unos 600-800 metros de altitud.
En cuanto a su localización, la campiña de la comunidad de Madrid se encuentra orientada en dirección noroeste-sureste. 

En cuanto a la geomorfología, la campiña presenta un paisaje llano y uniforme, pero característico. La campiña está formada por una gran llanura utilizada normalmente para la cultivo de cereales que presenta zonas elevadas localizadas denominadas cerros testigo. Estos cerros reciben este nombre debido a que son "testigo" del nivel que existía anteriormente en esas zonas.

(cerro testigo)

Desde un punto de vista geológico, la campiña está compuesta por materiales detríticos y evaporíticos que se formaron a partir de la erosión de la sierra de Guadarrama durante el Mioceno. Además, en líneas generales, podemos afirmar que estos materiales presentan una "gradación" en cuanto al tamaño, ya que conforme nos alejamos de la sierra, encontramos materiales más pequeños: primero encontraríamos conglomerados, después arenas y arcillas y, finalmente, los materiales evaporíticos como calizas y yesos.
Estos materiales evaporíticos se formaron en la llamada fosa de Madrid perteneciente a la fosa del Tajo durante el Mioceno. La fosa de Madrid constituía una cuenca endorreica, es decir, una zona inundada cuyas aguas no tenían salida fluvial. Esta falta de movilidad de las aguas poco profundas permitió la intensa evaporación que dio lugar a los yesos que encontramos hoy en día en dicha zona.

Aunque la campiña es un término más bien geomorfológico basado en una altitud de entre 600 y 800 metros, en nuestra comunidad de Madrid la podríamos relacionar con el término ecológico de "falsa estepa".
La llamada "estepa castellana" representa las grandes llanuras españolas utilizadas para el cultivo de cereales y que parecen tener un horizonte sin fin. Sin embargo, estos llanos no se ajustan al término científico de "estepa" porque, en realidad,  no son el paisaje natural de nuestras tierras, sino que las falsas estepas son creadas por el hombre al sustituir el típico bosque y matorral mediterráneos por tierras de cultivo.

Por lo tanto, y ya para finalizar, la campiña es una gran llanura que ocupa el sureste de la comunidad de Madrid -exceptuando los páramos del este- que posee unas características propias en cuanto a las formas del paisaje y los materiales de origen serrano y evaporíticos que presenta, además de ser la base de los cultivos del ser humano que constituyen la falsa estepa madrileña.





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